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Los puristas, aquellos que defienden la no contaminación del arte, los que niegan toda posible evolución, puede que se queden fríos ante una gigantesca proyección sobre la fachada de un edificio en la que niños y mayores juegan a ser superhéroes. Aquello les parecerá un divertimento alejado de las nobles aspiraciones del arte puro. Es la misma gente que, tal vez, considere que la música no ha evolucionado desde las óperas de Wagner, que los grafitis son garabatos que ensucian las paredes, o que las posibilidades narrativas del cine llegaron a su máxima expresión en los años 50. Son la nueva cara de quienes miraron con suspicacia a Leonardo da Vinci cuando pintó "La Virgen de las rocas" para ser colocada sobre el altar de San Francesco el Grande de Milán, obra en la que el genio florentino aplicó la técnica del sfumato inventada por él mismo. ¿Para qué difuminar los contornos? ¿Por qué utilizar esas luces misteriosas dejando parte del cuadro en penumbra? Muchos de estos críticos que ahora miran con suspicacia los trabajos de artistas digitales por servir como reclamo para una gran marca, olvidan, tal vez, que también los clásicos renacentistas pintaban auspiciados por los nobles de la época o la iglesia (toda una multinacional). La cosa, en fin, no ha cambiado tanto: siempre hubo modificaciones tecnológicas en el arte que, recogiendo la tradición, lo hicieron avanzar, y siempre hubo también alguien que pagara la fiesta.
Julio Obelleiro, artista español, ha conseguido aunar esa doble necesidad de convencer a las marcas y cautivar al público. Por eso sus trabajos, mezcla de alta tecnología y performance, llevan años desplegando su magia por las principales ciudades del mundo. Wildbytes, agencia fundada por Obelleiro, fue la encargada de llevar a cabo la primera cartelera interactiva de la emblemática Times Square en Nueva York, un proyecto que vieron millones de personas y para el que desarrollaron un software específico. David Caldevilla Domínguez, doctor en Ciencias de la Comunicación de la UCM, en su libro Lenguajes y persuasiones: nuevas creaciones narrativas, cita a Obelleiro como uno de los artistas que ha entendido las nuevas sinergias entre las marcas, el arte y la tecnología: "El consumidor manda, y si no le hacemos caso estamos perdidos... porque además sabe cómo asociarse para pedir lo que quiere, puede interactuar con nosotros directamente (...) por lo que sólo poniéndonos a su nivel comunicativo, a través del diálogo, podremos llevar esta comunicación a buen puerto".
Wildbytes pone en el centro de sus propuestas la interactividad como una vía para construir historias abiertas, en las que el espectador se convierta también en hacedor. Aseguran que este hacer provoca la curiosidad de quien se acerca a sus creaciones, animando a la participación, despertando emociones y generando recuerdos. Y qué otro objetivo tiene el arte si no, precisamente, permanecer en la memoria de quien lo recibe.
Entrevista y edición: Azahara Mígel | Douglas Belisario
Texto: José L. Álvarez Cedena
#VodafoneOne
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Los puristas, aquellos que defienden la no contaminación del arte, los que niegan toda posible evolución, puede que se queden fríos ante una gigantesca proyección sobre la fachada de un edificio en la que niños y mayores juegan a ser superhéroes. Aquello les parecerá un divertimento alejado de las nobles aspiraciones del arte puro. Es la misma gente que, tal vez, considere que la música no ha evolucionado desde las óperas de Wagner, que los grafitis son garabatos que ensucian las paredes, o que las posibilidades narrativas del cine llegaron a su máxima expresión en los años 50. Son la nueva cara de quienes miraron con suspicacia a Leonardo da Vinci cuando pintó "La Virgen de las rocas" para ser colocada sobre el altar de San Francesco el Grande de Milán, obra en la que el genio florentino aplicó la técnica del sfumato inventada por él mismo. ¿Para qué difuminar los contornos? ¿Por qué utilizar esas luces misteriosas dejando parte del cuadro en penumbra? Muchos de estos críticos que ahora miran con suspicacia los trabajos de artistas digitales por servir como reclamo para una gran marca, olvidan, tal vez, que también los clásicos renacentistas pintaban auspiciados por los nobles de la época o la iglesia (toda una multinacional). La cosa, en fin, no ha cambiado tanto: siempre hubo modificaciones tecnológicas en el arte que, recogiendo la tradición, lo hicieron avanzar, y siempre hubo también alguien que pagara la fiesta.
Julio Obelleiro, artista español, ha conseguido aunar esa doble necesidad de convencer a las marcas y cautivar al público. Por eso sus trabajos, mezcla de alta tecnología y performance, llevan años desplegando su magia por las principales ciudades del mundo. Wildbytes, agencia fundada por Obelleiro, fue la encargada de llevar a cabo la primera cartelera interactiva de la emblemática Times Square en Nueva York, un proyecto que vieron millones de personas y para el que desarrollaron un software específico. David Caldevilla Domínguez, doctor en Ciencias de la Comunicación de la UCM, en su libro Lenguajes y persuasiones: nuevas creaciones narrativas, cita a Obelleiro como uno de los artistas que ha entendido las nuevas sinergias entre las marcas, el arte y la tecnología: "El consumidor manda, y si no le hacemos caso estamos perdidos... porque además sabe cómo asociarse para pedir lo que quiere, puede interactuar con nosotros directamente (...) por lo que sólo poniéndonos a su nivel comunicativo, a través del diálogo, podremos llevar esta comunicación a buen puerto".
Wildbytes pone en el centro de sus propuestas la interactividad como una vía para construir historias abiertas, en las que el espectador se convierta también en hacedor. Aseguran que este hacer provoca la curiosidad de quien se acerca a sus creaciones, animando a la participación, despertando emociones y generando recuerdos. Y qué otro objetivo tiene el arte si no, precisamente, permanecer en la memoria de quien lo recibe.
Entrevista y edición: Azahara Mígel | Douglas Belisario
Texto: José L. Álvarez Cedena
#VodafoneOne
El artista español que conquistó Times Square con su magia tecnológica elton john | |
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Juan Carlos Díaz Science & Technology | Upload TimePublished on 25 Jan 2017 |
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